viernes, 7 de septiembre de 2012

LA CAJITA DE MIS SUEÑOS

LA CAJITA DE MIS SUEÑOS


He recibido un regalo, venía envuelto en una bolsita de papel sencilla pero muy delicada, con un lacito de raso a modo de cierre. La abrí con ilusión, era una  preciosa cajita de madera hecha a mano y pintada con colores serenos, que llegaba a mí desde un lugar lejano, Polonia. Al cogerla, mis manos la acariciaban una y otra vez, sintiendo su dulce y suave tacto. Y Así me fue impregnando todo el amor con el que había sido elegida y comprada para mí. Algunas lágrimas brotaron de mis ojos y de pronto sentí que esa era la cajita de mis sueños, donde guardaría escrito en un papel los sueños de mi alma y de mi vida con el deseo de que se hicieran realidad.

Llamé de inmediato a Gabriel,  primo de mi marido, y Natalia, su mujer, con la que compartí lo que había significado para mí  ese regalo y por supuesto para darles las gracias.


No olvidemos que con un gesto de amor, por muy pequeño que nos parezca, podemos hacer feliz, ilusionar y dar esperanza a una o muchas personas. El amor es la esencia de todo lo que existe.






Dedicado a Gabriel y Natalia, dos personas muy muy especiales con las que tengo la suerte de compartir algo más que una amistad, mucho amor.

lunes, 7 de mayo de 2012

UN DÍA INOLVIDABLE

UN DÍA INOLVIDABLE

Para celebrar el día de nuestra Madre Tierra mi amiga Ana, mi marido y yo emprendimos el camino hacia el cerro Pedrera.

Comenzamos la subida que discurría a través de un bosque de majestuosos eucaliptos que se alzaban al cielo como si quisieran tocarlo. Bajo nuestros pies se escurría la tierra desgarrada, a veces cubierta de hojas, teniendo que buscar apoyo en las piedras que emergían salpicadas del suelo. Culminamos el cerro y allí estábamos, tan cerca del cielo y de la tierra a la vez. Abrí los brazos y respiré profundamente. ¡Qué sensación de libertad! En esos momentos no existía nada más.

Conscientes de nuestra misión, tomamos asiento sobre unas piedras que por su altura nos permitían tocar el suelo. A lo lejos un pavo real nos regalaba su canto, ¿que nos estaría diciendo?. Con música de los indios nativos de América colocamos con dulzura nuestras manos sobre la seca tierra y, cerrando los ojos, comenzamos a dar energía sanadora a nuestra Madre.



La Madre Tierra me mostraba sus entrañas desde un agujero tan profundo que no llegaba a ver el fondo. Sumergida en él, contemplaba como descendía del cielo una especie de bruma de luz blanca que se filtraba a través de la superficie. Observando a mi alrededor me llamó la atención las paredes de aquel sitio, de ellas colgaban estrechos caminos hechos de madera, sobre los que pequeños y delgados seres con gorros puntiagudos, colocaban con suma delicadeza unas vendas blancas donde parecía haber una herida... entonces volví arriba.

En silencio abrimos los ojos, nos miramos y, poco a poco, volvimos al mundo físico. Emocionados, llenos de amor y agradecimiento compartimos nuestra experienciencia. La Tierra, como una madre que espera paciente la vuelta de sus hijos, nos recuerda que su alma y la nuestra son una sola, que necesita nuestra ayuda para seguir viviendo juntos, y que aunque la visitemos poco, ella nos sigue esperando.

Reflexión: Los tres estuvimos de acuerdo, sentíamos que durante el tiempo que había durado nuestro viaje, los espíritus de los indios nativos habían estado junto a nosotros.

Bajamos del cerro hasta la ribera y en una pequeña cascada que brota con fuerza de la tierra, metimos nuestras manos en sus aguas para cargarnos con su energía, paseamos por los pinares disfrutando del paisaje, nos abrazamos a los árboles... El día estaba precioso  y la naturaleza se asomaba hermosa a nuestro paso.

Emprendimos el camino de vuelta, nos fuimos a comer y después la merienda: café y pasteles.


Llegó ha hora de volver a casa, felices y con el latido que el cerro Pedrera había dejado en nosotros nos despedimos. Fue un día inolvidable.


                                   TE QUEREMOS MADRE






Música que me ha inspirado:
Vídeo YouTube "Medicina para la Madre Tierra" (Indios nativos de América).


viernes, 20 de abril de 2012

EL DÍA DE LA TIERRA

EL DÍA DE LA MADRE TIERRA 22 DE ABRIL

Escuchando una  voz que me dice... me duele, tengo sed, estoy agotada, ayudame. Se que es ella nuestra "Madre Tierra" que como tantas veces me habla, siento su dolor en mi pecho y un nudo en la garganta. Suplica ayuda, llora y sus lágrimas se funden con las mías ¿que te estamos haciendo madre?, ¿qué puedo hacer?.

Como pequeñas estrellas que caen del cielo me visitan  las musas en el silencio de la noche, suavemente se acercan a mi diciendo ... escribe... escribe. La Tierra necesita que la escuchemos y ayudemos, tenemos que ser conscientes de como se siente, porque ella siente, está viva como los seres humanos, los animales, las plantas, los mares ...

Desearía que te unieras a todas las personas que este día en todo el mundo van a hacer alguna acción por la Tierra, puedes rezar, plantar un árbol, hacer una meditación, enviarle luz y amor como medicina, háblale, acariciala haz lo que sientas es de VITAL importancia, la Madre Tierra te lo agradecerá.

NAMASTE


Dedicado con mucho cariño a Ariadna que siempre me anima a escribir y a Angeles que ya no está entre nosotros, pero ha sido una de mis musas.

martes, 3 de abril de 2012







Llueve, el olor a tierra mojada perfuma el aire, las flores sonríen, los pájaros lo celebran con sus mejores cantos y la Tierra está contenta. 

Gracias