He recibido un regalo, venía envuelto en una bolsita de papel sencilla pero muy delicada, con un lacito de raso a modo de cierre. La abrí con ilusión, era una preciosa cajita de madera hecha a mano y pintada con colores serenos, que llegaba a mí desde un lugar lejano, Polonia. Al cogerla, mis manos la acariciaban una y otra vez, sintiendo su dulce y suave tacto. Y Así me fue impregnando todo el amor con el que había sido elegida y comprada para mí. Algunas lágrimas brotaron de mis ojos y de pronto sentí que esa era la cajita de mis sueños, donde guardaría escrito en un papel los sueños de mi alma y de mi vida con el deseo de que se hicieran realidad.
Llamé de inmediato a Gabriel, primo de mi marido, y Natalia, su mujer, con la que compartí lo que había significado para mí ese regalo y por supuesto para darles las gracias.
No olvidemos que con un gesto de amor, por muy pequeño que nos parezca, podemos hacer feliz, ilusionar y dar esperanza a una o muchas personas. El amor es la esencia de todo lo que existe.
Dedicado a Gabriel y Natalia, dos personas muy muy especiales con las que tengo la suerte de compartir algo más que una amistad, mucho amor.